La Olma de Guadarrama. Un monumento vivo para conservar, clonar e inspirar nuestra decoración
Ya era considerado sagrado por los celtas. El olmo, con su fuerte tronco, es algo más que un árbol. Es como un monumento, pero creado por nuestra querida naturaleza. Un monumento que vive. Podemos sentarnos junto a él, apoyar nuestra espalda en su tronco y conectarnos a él para imaginar por todo lo que ha pasado.
Pero ahora vamos a hablar de las olmas. No es que estos árboles tengan género como tal, pero sí que, tradicionalmente, a los especímenes más importantes para el ser humano se les ha otorgado una feminidad posiblemente por el abrigo maternal que nos trae. En los pueblos de Castilla crecían en dos localizaciones muy especiales: las plazas de los pueblos, allí donde los vecinos celebraban sus asambleas y junto a ermitas e iglesias.
Sin embargo, hoy la situación es bien distinta. Seguramente habéis oído hablar alguna vez de la grafiosis, esa enfermedad que llegó con un hongo y que se llevó por delante al 95 % de los olmos de nuestras tierras. El Parque Nacional de Guadarrama no se libró por supuesto, claro ejemplo fue la desaparición de la Olma de Rascafría.
Sin embargo, tenemos la suerte de saber que son seres fuertes, que luchan y que, a pesar de todo, sobreviven. Podemos encontrarlos en las riberas de los ríos y en algunos lugares privilegiados, como el de esta olma de la que os queremos hablar hoy: ella es la Olma de Guadarrama y es una superviviente reconocida. Por ello, el año pasado fue incluso nominada para ser el Árbol Europeo del Año.
Esta olma, como ya hemos dicho, es más que un monumento. Es uno de esos árboles incluidos en la lista de los que merecen especial protección en la Comunidad de Madrid y también está en su Catálogo de Árboles Singulares. Vive, sobrevive, nos protege y, además, está ayudando a recuperar a su especie. ¿Cómo? Gracias a una de sus ramas caídas.
A partir de ella, y tras un arduo trabajo en laboratorio, se crean embriones que germinan in vitro y después se trasplantan a los lugares donde antes estuvieron sus antecesores.
No podemos terminar este post si hablar de la belleza del olmo, de su imponente silueta y de que podéis concienciar acerca de la situación que viven, de los problemas de soledad que tienen olmas como la de Guadarrama y de que poco a poco se están poniendo soluciones. Nosotros en The Desman os recomendamos que os hagáis con esta figura decorativa que, como antaño, podrá ser el centro de la reunión, esta vez, en casa, para hablar de nuestros olmos y planear la próxima visita a la Olma de Guadarrama.
Porque no olvidéis que no se puede cuidar aquello que no se conoce…
Comments