Tras la huella del Lobo
Nuestro agradecimiento a Juan Pablo Martín (Guía de Aherca). Sierra de la Culebra (Zamora)
La espera fría siempre, como cada amanecer en primavera, por momentos larga y tediosa, por momentos también fascinante, escuchado los fantásticos sonidos que nos ofrece la naturaleza, por momentos disfrutando del bello sonido del cuco que parece dar la bienvenida a este nuevo día. También por momentos intrigante y emocionante pues este puede ser un día en el que se pueda disfrutar de algo realmente fascinante y bello que como en pocos sitios nos puede esta sierra y la naturaleza.
Desconfiado se para, mira a un lado y a otro, con sus ojos de color ámbar, su mirada siniestra, inteligente y penetrante, sus belfos claros, blancos, y tras asegurarse de que no hay peligro su avance nos permite identificar en sus patas el signatus. Tenemos ante nosotros el más importante, soberbio y majestuoso cánido de nuestras sierras, que avanza con el característico trote lobero con la intención de adentrarse en el pinar. Es una escena espectacular ver a tan majestuoso y vigoroso animal, el depredador de gran tamaño más difícil de observar en nuestra naturaleza. Pero nuestra suerte es máxima al observar que detrás le siguen dos compañeros, uno de ellos cojo. Se acercan al pinar y se adentran, pero uno de ellos, el primero, decide volver a salir y camina hacia nosotros, a trote lobero. El cojo también sale del pinar, observa, y su otro compañero también sale y vuelve a retroceder sobre sus pasos iniciales.
El primer lobo, oscuro como el azabache arranca a correr y de entre el brezo salen en dirección opuesta tres ciervas como alma que lleva al diablo, el cojo espera cortar el paso y el tercer compañero intenta como Napoleón enseñó a sus tropas envolver la estrategia de escape de las ciervas y alcanzarlas. Mientras el oscuro corre con el rabo recto como una flecha tras las ciervas intentando alcanzarlas. Nuestra suerte es inmensa al poder observar un ataque de tal carnívoro en plena naturaleza, pero nuestra vista no alcanza a observar el resultado final pues todos los animales acaban en un bajo con mucha vegetación.
Esta hermosa escena nos enseña la implicación, aprendizaje social e inteligencia de este animal tan majestuoso. Al principio nacen pequeñitos, tiernos y oscuros como el azabache. Mientras su mirada es dulce están fuertemente tutelados y el juego se convierte en su preparación para el futuro. Sus padres y hermanos los educarán cual universidad para aprender a conseguir su sustento futuro, a ser fieles compañeros, amantes y a formar una familia, convirtiéndose la vida en una dura pugna en la que además se verán perseguidos en todos los lugares simplemente por haber asumido el papel que la naturaleza les ha otorgado.
Debemos entender por fin, que estudiando y aprendiendo de este animal es necesaria la conservación del mismo para la supervivencia del propio ecosistema y también la supervivencia de las personas que conviven con él, no en vano mucha gente desea tener una experiencia como la que se acaba de relatar. Defendamos pues a la gente que convive con el lobo ibérico para defenderlo a él mismo y a todas las especies que conviven con él.
Su figura imponente y siniestra es imprescindible para la vida de la fauna y las gentes de nuestros montes.